Literatura sonorense

Proyecto Faz

Antonio Granados




Nació en la Ciudad de México en 1958. Llega a Hermosillo, Sonora, en 1987. Ha trabajado en el área de investigación del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) de México recorriendo las comunidades rurales de su país. En la década de los ochentas junto con Esther Jacob y su equipo de trabajo (formado por intelectuales que habían participado en una de las experiencias fundamentales para la actualización y el crecimiento de la producción literaria destinada a los niño en México, la revista “Colibrí”) creó el área de publicaciones para dar forma a lo que más tarde sería la serie “literatura Infantil”.

Ha obtenido varios reconocimientos como el premio “Tiempo de Niños” en 1984 con su libro ¿Te canto un cuento?, teniendo como jurado a Juan José Arreola, entre otras personalidades. El libro Sonorense en 1995 con su libro inédito Poemas de juguete 1, y por la misma obra ya publicada el IMPAC Monterrey 400.

A demás de escritor, Antonio cuenta con una larga trayectoria en investigación y como promotor de la cultura para niños, con un reconocimiento de MISCALTIA, que le fue otorgado en 1994 por el grupo CINCO en FIL-NIÑOS durante una Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Jalisco, México.

Así que no sólo en la literatura puede apreciarse su propuesta sino también en lo radiofónico con programas como ¿Te canto un cuento? que (con una variante en el nombre) produjo durante más de una década para Radio Sonora; a través del circuito binacional Sonora-Arizona de estimulación a la lectura “Los libros también se cantan” (que, dicho sea de paso, es acompañado por el montaje de canciones como homenaje a diversos autores y sus obras, que Antonio Granados hace con el grupo Línea de Juego); y a través de la coordinación del taller “Cantando se entiende la gente” donde los niños y jóvenes desbordan la lectura y crean sus propias canciones, etcétera.

Forma parte de los cuatro socios fundadores de la Preparatoria en Ciencia y arte Paulo Freire en Hermosillo, Sonora. Es subdirector de TONANTZIN Centro Cultural de Terapias Alternativas, así como coordinador y responsable de los grupos musicales Eclipse de Son y Líea de Juego.

Ha producido la siguiente obra: como coautor: Así cuentan y juegan en la Huasteca (CONAFE/ México, 1982), Así cantan y juegan en la Huasteca (CONAFE/ México, 1982), Cuántos cuentos cuentan… (CONAFE/ México, 1984), Costal de versos y cuentos (CONAFE/ México, 1984), La Ciudad de la Nostalgia (CONAFE-MUNAL/ México, 1985), Relatos tradicionales Mexicanos (CONAFE-MUNAL/ México, 1985), Como me lo contaron te lo cuento (CONAFE/ México, 1986), Así cuentan y juegan en los Altos de Jalisco (CONAFE/ México, 1986), Así cantan y juegan en los Altos de Jalisco, Así cuentan y juegan en el Sur de Jalisco (CONAFE/ México/ 1987), Así cantan y juegan en el Sur de Jalisco (CONAFE/ México, 1987).

Como autor de compilación: Versos de dulce y de sal (Amaquemecan/ México, 1986), Cantos, cuentos y juegos de Sonora (Juego de Palabras/ México, 1990), ¿Jugamos a adivinar? (Juego de palabras/ México, 1997), Jugando se entienden los niños… de Sonora (fonograma en prensa; Juego de Palabras/ México, 2005).

Como autor en antologías: En Telescopios (Harcourt Brace Jovanovich, Publishers /USA, 1987), Tumba tumba retumba, En Poetas de América (Perla Suez/ Alción Editora/ Argentina, 2001), En Poemas con sol y sol, poesía de América latina para niños (Varias editoriales, con la coordinación de NORMA/ Costa Rica, 2000), En Historias para girar (SM/, México, 2004).
Como autor: El Cuentero, guión para fonograma (CONAFE/ México, 1983), ¿Te canto un cuento? (Amaquemecan/ México, 1985), Zoológico de palabras (Juego de Palabras-UNISON/ México, 1989), A la luna azul (Juego de Palabras/ México, 1989), Cachora Cachorija (Juego de Palabras/ México, 1990), El rey que se equivocó de cuento (FCE/ México, 1995), Lágrimas de coco (UNAM-CONACULTA/ México, 1998), Poemas de Juguete 1 (Alfaguara/ México, 1999), Canciones para llamar al sueño, el libro (Alfaguara/ México, 1999), Canciones para llamar al sueño, el fonograma (Alfaguara/ México, 1999), Insomniópteros (Alfaguara/ México, 1999), ¿Has visto jugar fútbol a un elefante? (Corunda-CONACULTA, México, 1999), Este era un lápiz (FCE/ México, 2002), Poemas de juguete 2 (Alfaguara Infantil/México,2007), ¿Qué cosa es esto? (Editorial El Naranjo/México/2007), El Cuentófago (Editorial El Naranjo/México/2007), Solicito elefante... (Editorial SM/México/2007).




Muestra de su trabajo:

Flor de asterisco
A la hora de la razón cantan las ganas,
las hormonas galopan en la sangre,
la fertilidad desabotona la zalea del instinto
la adrenalina cobra su dimensión de nutria
las salivales ostras retozan
en el subconsciente del océano
que las sueña remotas
el sentido del gusto se acobarda
porque el olfato indaga
el olor a mujer de tus axilas
las palabras se guardan
los pensamientos crujen
la duodécima sílaba desgaja su sonido
en microscópicas claves de un lenguaje
con larvas de susurro
cuando tú a medio blues,
vastas las sombras,
sales de ti desnuda y táctil
para indagar quien soy y si no miento,
si muy dentro de mi no está el sujeto
que te hechizó libando de tu aroma,
él que de ti deshojó la flor del asterisco,
el que ungió de sudor
tu sinuosa cadera desbocada
el que dentro de ti
descifró la sintaxis del misterio
el que midió la luz de tu deseo.

Geisha
De ningún hombre fueron
las caricias
que transcurrieron como días
bajo tu vientre;
nadie sino quien nunca fue
tuvo tu orgasmo
como líquido impacto entre las manos.
y no es que no fueras real
sino por eso,
porque de tan concreta
te volviste etérea y legendaria
(imaginaria, pues)
así que
inalcanzable
movías el abanico de tus dedos
tocando y trastocando mi cordura,
mi poliédrica sombra,
mi prismático ser
que en el vitral
temblaba de deseo.

(Adivinanza)
Es negro pero no es negro
porque su nombre lo dice
y al decirlo contradice
la esencia de su color
si nos guiamos por su olor,
se llama según su aroma;
¡vaya granulada broma
que con su disfraz voluble
termina siendo soluble
cuando en agua se transforma!
(éfac lE)


Solicito elefante para cuento

(Aramara Sundaindé: este es otro cuento para ti porque, desde que te volviste invisible,
me has enseñado que te puedo volver a mirar con las palabras)
Ele mira después del desayuno
anuncios del “aviso inoportuno”.
Lee a dos patas: “Se vende sueño usado”;
y más abajo queda impresionado:
“Escritor exitoso y con talento,
solicita elefante para cuento.
No deberá venir en una lata,
inútil presentarse sin corbata.”
“No ha de ser ni muy viejo ni muy nuevo.
¡y nada de que nació al quebrar un huevo!”
“Si quiere puede ser imaginario
pero debe gustarle lo ordinario.”
“Ha de ser con gordura tan graciosa,
que pueda publicitar una gaseosa.”

“Interesado traer foto muy formal,
ya sea infantil o tamaño credencial”
Ele llega puntual con su retrato
luego estampa su firma en un contrato.
El escritor le muestra su libreto
y Ele piensa que es sueño estar despierto:
Toma la hache por silla y, al sentarse,
ella no puede más que reventarse.
La primera vocal ve repetida
y la deja en tres aros convertida.
De la b se ha quedado con la panza
¿Qué hará con ella? ¡Vaya adivinanza!
Construye con la u ve una resortera
y lanza un par de letras dondequiera.
Pone al revés la u y, andado el cuento,
convierte en tilde lo que fue un acento.
El escritor ve el título cambiado
Y grita -¡Gordo qué es lo que ha pasado!
-¡Oye, Dumbo, ese punto no está vivo,
no es pelota es un punto suspensivo!
-¡Entiéndeme cerebro de tomillo
el cuento debe ser más que sencillo!.
-¡Metamorfosis no! ¡Que no, ignorante!
Tú tienes que seguir siendo elefante.
-Ni te atrevas a hacer otra cabriola
¿Acaso estás pensando con la cola?
¿A quién estás burlando, kolo-Kolo?
¿Ahora resulta que te mandas solo?
-¡Detente! ¿A dónde vas? No te transformes,
tus patas deben de seguir enormes.
¿En qué cabeza cabe -¡so lampiño!-
que un elefante se convierta en niño?
-¡Estoy hablándote, oye, no me ignores
provocarás que pierda a mis lectores!
Pero Ele, como huyendo de un cartel,
se atreve a juguetear sobre el papel.
Hace algo que jamás había intentado:
Da tres maromas, luego cae parado;
dribla las groserías y los regaños
y el contrato firmado por tres años.

Gozó de su niñez aunque sabía
que sólo era niñez de fantasía.
controlando una lata con el pecho,
la bajó y le cayó en el pie derecho;
dio medio giro y, disparando al día,
traspasó una invisible portería.
El saldo fue tan sólo un vidrio roto
y un recuerdo enmarcado en una foto.
El escritor, por su parte, disgustado,
contrató a otro elefante “bien portado”,
que posaba obediente en su trasero
con los ojos marcando un cero a cero.


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