Literatura sonorense

Proyecto Faz

Mosén Francisco De Ávila



Alonso Avilés Echeverría nace en 1896, el 9 de julio en la ciudad de Guaymas. Su acercamiento a la creación literaria es tardía, y sucede en Nogales, a la edad de cuarenta años, en donde se dedicaba al comercio. Según Alonso Vidal en su libro Poesía sonorense contemporánea (1930-1985), Alonso Avilés entra en contacto con la literatura el 8 de septiembre de 1945, cuando Humberto Choza Cañedo lo invita a formar parte de la llamada Peña Cultural Nogalense. Entra al grupo también, sigue diciendo Vidal, el uruguayo Félix Peyrallo Carbajal quien le muestra las disciplinas literarias. A partir de ese momento se va formando Mosén Francisco De Ávila.

"Mosén, es por aquellos clérigos que vagaban de un lugar a otro, como anacoretas por la campiña de Aragón. Lo de Francisco, por el varón humilde de Asís, y De Ávila, por Teresa, la clara y lumínica monja de la mística sabiduría" (Vidal, 1985).

Su primer libro se publica, por él mismo, a los cincuenta y dos años y lleva por nombre Tagmar del mar (1948). Son poemas que van de 1946 a 1948. En 1950 publica The Sunken Cathedral - simbols of egocentric approximations- poems. Su tercer poemario, La sombra del centauro, aparece en 1953 en la Editorial Cultura, donde también publica en 1960 Salamandra -Santa María del Yerro-. Sus primeros dos libros los costeó él mismo.

El 19 de agosto de 1963 fallece de un ataque al corazón en Nogales, Arizona. Dejó, por lo menos, 4 libros inéditos: de poemas La casa de las mariposas (con prólogo de Carlos Pellicer); el poema dramático Elegía a la muerte de un loco; los libros en prosa Siete viernes en primavera: misión poética, y Crítica: conferencias sobre poesía, poética y poetas.

Opinión sobre la poesía:
Poesía es la inevitable angustia de las cosas: fatal relación entre el valor ontológico del ser y las cosas que perecen: agonía necesaria entre espiritualidad y materialismo científico y práctico. // No en literatura, ni en preceptiva literaria, sino en la estática de la palabra viva, el “Logos” en la más pura acepción del vocablo griego, v.d., la poesía en su valor estético: no la forma sino el sentido: sensibilidad opuesto a sentimiento. // Porque, poesía no se aprende en libros, sino que se cultiva en la conducta diaria “municipal y expresa” de los hombres. Es el modo de pensar cotidiano del ser en la relación ineludible del espíritu con las cosas, v.d., la sorpresa diaria de la razón y el entendimiento en su encuentro con el universo físico y psíquico que lo rodea. // Porque, las cosas en sí son buenas, toda. Pero el hombre, satánicamente sabio, las complica y crea la confusión del desorden. // El desorden, es el orden natural de las cosas, en su conflicto con el hombre, para volver al orden.

Fuente:
Vidal, Alonso. Poesía sonorense contemporánea 1930-1985. Gobierno del estado de Sonora
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Hermosillo, Sonora, 1985.
Imagen tomada del sitio web Sonora en tus manos.